jueves, 3 de marzo de 2011

Viento fresco

¿Sabes que?
Que me encanta remolonear en la cama antes de levantarme, mucha gente se pone dos despertadores, yo no tengo ni uno, ni dos, ni tres.... tengo cinco, y aun así a veces no soporto tener que levantarme. No puedo dormir si no tengo una de las manos debajo de la almohada,o enrroscarme a ella cual bicho bola, pensaba que solo me pasaba a mi, pero he descubierto que no soy tan rara.
Siempre duermo con la persiana subida, la verdad que no me es complicado dormir con luz, menos cuando llego a las ocho de la mañana y me da todo el solazo en la cara nada más entrar a mi cuarto... eso si, si estoy en la oscuridad total ya te puedes olvidar de mi toda la mañana y parte de la tarde, porque pierdo el sentido de las horas y me quedo en la cama hasta que no pueda más. Si... para que mentir, soy como una marmota.
No suelo hacer la cama nunca, me parece una tontería, hacerla para volver a deshacerla, si es por alguien que viene a mi habitación vale, sino, por mi.... me da igual. No suelo ser muy maniática, una de las pocas es que no puedo salir de mi casa sin antes echarme colonia.
Siempre que estoy triste me encierro en mi cuarto y lo primero que hago es abrir la ventana, tomar aire, y llorar a lágrima suelta. No puedo remediarlo, soy una llorica, prefiero sacarlo y desahogarme que guardármelo dentro.
Resumiendo... que soy una dormilona y una llorica, ¿quién da más?


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