lunes, 27 de diciembre de 2010

Inventando sueños




El baúl de los recuerdos.


Cuando era apenas un proyecto de mujer solía soñar despierta todo el día y gran parte de la noche, hasta que me quedaba dormida. Me costaba conciliar el sueño, así que utilizaba mis propias técnicas, me inventaba los sueños y los llevaba por el camino que me apetecía hasta que ellos solos cogían rumbo. 
En algunos aspectos de mi vida la timidez y la fantasía eran mis acompañantes permanentes. Nunca me atrevía a decir lo que pensaba. Cuando miro atrás, recuerdo la simplicidad del pensamiento infantil, la facilidad con que la ingenuidad arreglaba todos los problemas de la humanidad. 

Hoy en día, podría escribir una novela de mi vida. Tengo experiencias para dar y regalar, pero sigo prefiriendo recrearme en las vidas e historias de otros. 

2 comentarios:

  1. me siento en parte indentificada con tus palabras. Las personas a veces miramos con nostalgia las dulces sonrisas infantiles, aquellas que están hechas de premios ganados a juegos inocentes. Es fácil caer en la cuenta de que es mejor ser niño, pero pienso que es interesante verse siendo adulto, no haber olvidado cómo divertirse como un niño y sobretodo sentirse orgulloso del propio aprendizaje.
    También me gustó tu blog: te sigo :)

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  2. :) gracias, porsupuesto que es interesante verse adulto, pero por suerte o por desgracia, no se puede ganar todo a base de sonrisas :) un beso!!!

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